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Ourense vuelve a la ACB mientras Burgos se queda fuera de nuevo

  • @ocbista
  • 15 jun 2015
  • 3 Min. de lectura

Ourense ha logrado hacer realidad el ascenso que consiguió en la pista hace dos semanas tras una durísima serie final contra Breogán. Catorce años después retorna a la ACB, en la que ha jugado ya 10 temporadas en las que se ganó la condición de histórico de la categoría, a la altura de otro inolvidable equipo como el “OAR Ferrol”. Luego llegaron tiempos complicados, con dos pasos por LEB Plata, uno de ellos fugaz, pero el otro demasiado largo, incluyendo temporadas lejos de los puestos altos de la clasificación. Este mismo verano hubo muchas dudas sobre el proyecto que alcanzaban a la propia posibilidad de competir en Oro.


Pero todos esos momentos son historia. Tras trece días de dudas, de avances y retrocesos, COB ha conseguido cumplir los exigentes requisitos de la ACB. Con el apoyo de la Diputación y del Ayuntamiento (firmado hoy mismo, tras haberse formado las corporaciones locales el pasado sábado), con respaldo empresarial y con unas últimas horas de vértigo en las que todo parecía venirse abajo por problemas con la entidad bancaria con la que estaban trabajando, Ourense ha hecho realidad un sueño.


Por contra Burgos no ha logrado su objetivo. La ACB no admite su inscripción por carecer de los requisitos exigidos. Estas exigencias, que quizás fueron proporcionadas en otros tiempos, parecen inaccesibles para casi cualquier club de la LEB Oro en una época en la que el baloncesto está muy lejos de disponer de los recursos económicos de los que disfrutó en el pasado.


Es el tercer año consecutivo en que el ascenso deportivo de Burgos no se hace realidad. El club burgalés parece haber “tomado nota” como señaló en la tarde de ayer, lo que permite pensar que entiende que su proyecto debe tomar otro rumbo. Queda la duda de si eso significa que dejarán de elaborar proyectos tan ambiciosos, destinados a dominar la LEB Oro con puño de hierro, o sí lo que se plantea es una nueva forma de afrontar los trámites necesarios para poder ser inscritos en la ACB, toda vez que estos parecen inamovibles.


Burgos dispone de un importante apoyo institucional, pero su situación de partida es mucho peor que la de Ourense, pues debe hacer frente a unos gastos muy superiores, ya que no tiene pasado ACB y, por tanto, debe pagar la totalidad del canon y no sólo su actualización. Y para ello no es suficiente contar con el apoyo de las entidades locales, sino también de inversores privados, ya sean patrocinadores o simples particulares. Y Burgos no parece tener el suficiente. Esto ha quedado patente en la ampliación de capital aprobada después de conseguir este tercer ascenso, que no ha cubierto las cantidades esperadas.


La ACB no parece dispuesta a cambiar las reglas del juego. Andorra las cumplió pese a que también tuvo que pagar el canon íntegro y Ourense también las ha cumplido. Sea por coherencia o por tozudez, parece improbable que si Burgos vuelve a ascender en la pista el próximo año, la ACB vaya a admitir una inscripción sin que concurran la totalidad de requisitos. En esta situación, está claro que no queda otra opcioń que buscar alternativas por parte de quien quiere pertenecer a un club cuyas normas de acceso parecen inalterables. Ya sea reorientando su presupuesto, de forma que parte de la partida de gastos se destine a la financiación futura del canon, lo que sin duda iría en detrimento de la planificación deportiva, o bien intensificando el trabajo con patrocinadores y con la sociedad burgalesa, el club Tizona parece decidido a impedir que sus aficionados sigan sufriendo cada mes de junio la frustración de pelear por una inscripción imposible mientras la ACB no se replantee sus normas.


 
 
 

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